¿Por qué solo devaluar?. Artículo de Omar Bautista B

OMAR BAUTISTA B - ElUniversal

Mucha preocupación genera cada vez que algún economista dice que viene una devaluación, y más preocupación ocasiona que ninguno proponga un plan para combatir la inflación. Esta ha sido la forma de actuar en Venezuela en los últimos 30 años: inflación, inflación e inflación, y la única medida que han aplicado es la devaluación para corregir transitoriamente los desequilibrios económicos del país, o mejor dicho, para financiar los déficit fiscales que recurrentemente han tenido los gobiernos. Pareciera que muy poco importa sus efectos en la población y el desarrollo del país.

En estos días un economista mencionó su perspectiva de devaluación por el orden de 60%. Ello significaría que el poder adquisitivo de la población caiga a la mitad; al igual sus ahorros y prestaciones sociales acumuladas por años. Me pregunto si cuando los economistas hacen tal señalamiento y los gobiernos toman esa decisión, ¿se detienen a pensar sus consecuencias?

No digan que la devaluación es para estimular las exportaciones no tradicionales, las industrias y el empleo, ya que la corrección del tipo de cambio se pierde al persistir la inflación. Estas exportaciones no son automáticas, si es que se cree que se pueden realizar antes que la inflación acabe con el efecto favorable que produce una devaluación, no, ni menos se pueden colocar los excedentes de producción a priori; estas exportaciones requieren tiempo para lograrlas, requieren mínimo uno o dos años, y hay casos que requieren hacer inversiones, periodo en el cual la inflación acaba con la corrección del tipo de cambio, ocasionando la denominada sobrevaluación de la moneda. Tampoco digan que devaluar es para beneficiar la producción nacional, ya que aun cuando aumente el costo de las importaciones, efecto que mejoraría la posición de los productos nacionales, tal beneficio se perdería con la inflación; tesis que aplicaría en una economía abierta que no es el caso de Venezuela donde las importaciones están restringidas desde hace mas de 5 años, sobre todo para el sector privado.

La variación de la inflación ha sido mayor que la variación del tipo de cambio en los últimos cuatro quinquenios, lo que indica que la medida de devaluar ha sido insuficiente, representando un alto costo para la población, sin que haya resuelto los problemas de la economía, ya que no ha sido acompañada con medidas que acaben o mitiguen la inflación. Claro que hay sobrevaluación, y ha crecido quinquenio tras quinquenio: en el primer quinquenio analizado, comprendido entre enero 1990 y diciembre 1995, la relación entre la variación de la inflación y la de la tasa de cambio fue 1,39; en el quinquenio enero 1996-diciembre 2000 aumentó a 2,53; entre enero 2001-diciembre 2006 aumentó a 2,90; y, en el quinquenio enero 2007-diciembre 2011 la referida relación subió a 4,38. Por ello los productos nacionales son más costosos que los importados, en consecuencia los locales han perdido competitividad internacional y las exportaciones de productos venezolanos no tradicionales han disminuido sustancialmente, por no decir que han desaparecido. Para calificar correctamente la relación anterior, como sobrevaluación, habría que restar la inflación internacional de la inflación local, pero como la internacional es muy baja (entre 3 y 4% anual promedio), la omitimos para facilitar el análisis. Por tanto, no solo con devaluación se corrige la sobrevaluación, también se corrige y de manera definitiva, parando la inflación.

Visto este análisis preguntamos, si el problema es la inflación por qué no acabar con ella, a corto, mediano o largo plazo, pero, extinguirla de una vez por todas, por ser lo que realmente está deteriorando el poder adquisitivo y la calidad de vida de la población, está mermando la industria nacional y acabando las exportaciones no tradicionales. Si los economistas y el Gobierno Nacional saben muy bien esta situación, por qué no plantean y aprueban un plan para cesar la inflación y colocarla en un dígito, en un plan que debe iniciarse con el compromiso del Presidente de la República, para llevarlo a cabo plenamente y mantenerlo, ya que requiere disciplina fiscal.

Que no diga el Gobierno Nacional que tiene un plan para derrotar la inflación, porque nadie lo conoce, y si existe, no podrá ser efectivo mientras se limite la producción nacional, se fomente las importaciones de productos que se pueden producir en el país y se siga aumentando el gasto publico generador de déficit fiscal, entre otras, que crean inflación.

Si la devaluación resulta inevitable para tapar el déficit fiscal existente, en esta ocasión, se debe establecer el "plan nacional para acabar con la inflación y llevarla a un dígito en los próximos 2 o 3 años", y el inicio de un nuevo período presidencial es el mejor momento para tomar esta decisión y lograr este objetivo. Si todos los países han colocado la inflación en un dígito, también Venezuela puede hacerlo. obautista@cantv.net

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