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Lecciones de Cuba
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EL UNIVERSAL
"El sistema social más eficiente es el socialismo, pero el sistema económico más ineficiente es el socialista. Raúl debe preocuparse por la agricultura -el talón de Aquiles- y por estimular al empleado porque aquí, a conciencia, nadie trabaja", dijo José Abreu, revolucionario de 63 años, financiero de una granja de las afueras de La Habana. El comentario fue publicado en un reportaje de la agencia AFP a propósito de la celebración del Primero de Mayo en La Habana.
En esa oportunidad, a los cubanos, una vez más y a pesar de estar agobiados por sucesivas crisis económicas, nuevamente les fue demandado por sus líderes hacer nuevos "sacrificios" para defender la revolución.
Pero vale la pena resaltar, según la nota de AFP, que Raúl Castro, en el poder desde 2006, admite la necesidad de "revalorizar el trabajo" pues aunque la salud y la educación son gratis y hay alimentos subsidiados, un salario mensual de 20 dólares no alcanza en una economía donde muchos productos se cotizan en dólares a precio de mercado negro.
De tal manera que mientras en Venezuela aumenta la burocracia, en Cuba se proponen "eliminar subsidios y gratuidades excesivas, los robos al Estado que nutren un gigantesco mercado negro, el derroche de recursos, la vagancia y más de un millón de empleos sobrantes en un país de alta burocracia".
Es así que de los 4,9 millones de trabajadores, en una población de 11,2 millones, cuatro millones son empleados del Estado. Por medio siglo rigió una política paternalista de empleo y oficialmente apenas se reporta 1,7% de desocupación, dice la nota de AFP.
En resumen, lo que está proponiendo Raúl Castro para enderezar la economía cubana es lo siguiente:
Eliminar gastos superfluos y el derroche, una agricultura fuerte y eficiente que se puede desarrollar con los recursos disponibles. Eliminar las regulaciones de trabajo estatales excesivamente paternalistas e irracionales, para estimular el amor por el trabajo y así solucionar la falta crónica de constructores, obreros agrícolas e industriales, maestros, policías y otros oficios indispensables que poco a poco van desapareciendo. Eliminar las plantillas infladas en casi todos los ámbitos del quehacer nacional y pagar salarios vinculados con los resultados. "Sabemos que sobran cientos de miles de trabajadores en los sectores presupuestado y empresarial, que sobrepasa el millón de personas".
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EL UNIVERSAL
"El sistema social más eficiente es el socialismo, pero el sistema económico más ineficiente es el socialista. Raúl debe preocuparse por la agricultura -el talón de Aquiles- y por estimular al empleado porque aquí, a conciencia, nadie trabaja", dijo José Abreu, revolucionario de 63 años, financiero de una granja de las afueras de La Habana. El comentario fue publicado en un reportaje de la agencia AFP a propósito de la celebración del Primero de Mayo en La Habana.
En esa oportunidad, a los cubanos, una vez más y a pesar de estar agobiados por sucesivas crisis económicas, nuevamente les fue demandado por sus líderes hacer nuevos "sacrificios" para defender la revolución.
Pero vale la pena resaltar, según la nota de AFP, que Raúl Castro, en el poder desde 2006, admite la necesidad de "revalorizar el trabajo" pues aunque la salud y la educación son gratis y hay alimentos subsidiados, un salario mensual de 20 dólares no alcanza en una economía donde muchos productos se cotizan en dólares a precio de mercado negro.
De tal manera que mientras en Venezuela aumenta la burocracia, en Cuba se proponen "eliminar subsidios y gratuidades excesivas, los robos al Estado que nutren un gigantesco mercado negro, el derroche de recursos, la vagancia y más de un millón de empleos sobrantes en un país de alta burocracia".
Es así que de los 4,9 millones de trabajadores, en una población de 11,2 millones, cuatro millones son empleados del Estado. Por medio siglo rigió una política paternalista de empleo y oficialmente apenas se reporta 1,7% de desocupación, dice la nota de AFP.
En resumen, lo que está proponiendo Raúl Castro para enderezar la economía cubana es lo siguiente:
Eliminar gastos superfluos y el derroche, una agricultura fuerte y eficiente que se puede desarrollar con los recursos disponibles. Eliminar las regulaciones de trabajo estatales excesivamente paternalistas e irracionales, para estimular el amor por el trabajo y así solucionar la falta crónica de constructores, obreros agrícolas e industriales, maestros, policías y otros oficios indispensables que poco a poco van desapareciendo. Eliminar las plantillas infladas en casi todos los ámbitos del quehacer nacional y pagar salarios vinculados con los resultados. "Sabemos que sobran cientos de miles de trabajadores en los sectores presupuestado y empresarial, que sobrepasa el millón de personas".
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